La fibromialgia cambió mi vida por completo
Hola. Soy Lu’, tengo 28 años, soy mexicana y tengo fibromialgia. En el año 2012 ingresé a la Universidad, al mismo tiempo trabajaba y dedicaba gran parte del tiempo al deporte. Mi vida era realmente ajetreada; pero nunca había sido tan feliz como en esa época. Para fines de año comenzaba a bailar y esa era una actividad que se sumaba a mi diario vivir. Disfrutaba absolutamente de todo y de la manera que se me presentara. Puedo decir que me sentía llena de Dios y de sus milagros en mi vida.
Desde hacía casi 9 años presentaba hinchazón en manos y pies, con enrojecimiento en esas áreas; pero incluso ese aspecto había mejorado para mi. En realidad nunca me había preocupado por comprobar qué era y me sentía muy bien…
Hasta que, un día, mi tía Aurora quien estaba de visita se fijó en ese detalle y me recomendó que fuera a chequeo con el doctor. Estuve convencida de hacerlo y lo hice. Después de algunos estudios me detectaron con Síndrome de Raynaud… Pero todo iba bien. Sólo debía medicarme. Para ese entonces, mi vida era la misma. Yo, llena de vida, de energía, de sueños, de planes…
Pero, todo eso acabó una vez que amanecía con dolor, y esa historia se repetía con frecuencia. Yo creí que era el exceso de trabajo físico lo que me tenía así y que debía “bajarle”. Me dormía en diferentes posiciones, tomaba de vez en cuando alguna pastilla para el dolor o ignoraba de plano lo que sentía y continuaba con mi vida; pero fue aquí cuando las cosas se pusieron feas.
Era ya el año 2015 y estaba por terminar la carrera. Era mucha la presión y mucho el trabajo que tenía qué hacer, aunado a que todo en mi empleo estaba cambiando… Sabía que tendría mejores oportunidades en lo laboral y eso me emocionaba. Se me “iba” el sueño por las noches, no rendía igual en nada. Definitivamente, eso me ponía triste. Y, sin darme cuenta dejé muchas cosas para “después”…
Lu’ ya no era más la misma Lu’. No había, aparentemente, nada que me estuviera afectando tanto para que yo no quisiera más ponerme de pie e ir a caminar o a bailar o salir. Nada. Mi habitación era un desastre y se acumulaban libros, tareas, etcétera. Me sentía cansada, fatigada, triste, ansiosa, más cansada, más triste, más ansiosa… distraída, enferma.
El S.de Raynaud se presentaba todos los días. No respiraba bien, mis manos y pies llegaban a ponerse del color de la noche. Oscuros. Pensé que iba a morirme. No podía mover el brazo izquierdo y sentía que mi corazón no latía.
Finalmente, mi novio fue quien me orilló a buscar atención especializada. Para esto, ya no soportaba el dolor en tobillos, rodillas, hombros y espalda. El reumatólogo me diagnosticó fibromialgia y mi vida ha cambiado enormemente.
Debo medicarme con responsabilidad por dos afecciones y cabe mencionar que eso afecta mi bolsillo y mi estabilidad. Un tiempo anduve “en las nubes” y casi ni podía hablar. Dice mi novio que fue la única época donde no decía a nada que no…jiji.
Traté de cambiar mi alimentación y no funcionó porque sentía mucha más hambre y poca energía, mucha menos. Sigo bailando; pero a veces falto a mis clases porque no soporto el dolor. Sigo sintiéndome fatigada. Los cambios en el estado de ánimo son frecuentes y en general, puedo decir que, quienes tenemos fibromialgia, debemos ser muy fuertes para soportar todo lo que implica nuestra enfermedad.
Me siento afortunada por haber encontrado un nombre para lo que sentía. También acudí a muchos doctores sin tener respuesta. Mi familia cree acerca de los síntomas y me apoyan; pero bien es cierto que mucha gente tendría que vivirlo para comprenderlo. Existen aún muchos misterios sobre esta enfermedad y pienso mucho sobre tener una familia propia. Se requiere energía y vitalidad y yo, creo que a veces me falta a palas. Hay tantas cosas que han cambiado para mi…
Bendiciones y fuerza para quienes como yo, aún no se resignan a vivir con la fibromialgia. Mi admiración para quienes la sufren y no se han dejado vencer.
Mucha suerte, vamos por diferentes caminos hacia una misma meta siempre en contante movimiento, diferente? tal vez no tanto cada historia nos acompaña la misma carga, i yo tambien soy de las afortunadas igual que tu mi familia siempre me apoya , me llena…cree en mi esto nos hace mas fuertes, adelante Lu’ un dia tal vez sea un mal sueño? Del que queremos despertar, intenta dominarlo i sin perder la ilución, esperanza lo estamos consiguiendo, un suave abrazo!!!